10/10/12

Pulseras de la amistad

¡Hola! Ya es miércoles y como las dos semanas anteriores voy a poneros una historia corta. Os la dividiré en varios capítulos espero que os guste ^^ el género es el terror.



Los latidos de mi corazón retumbaban con vigor en mi interior. Un sudor frío me recorría el cuerpo. Notaba mis músculos en tensión. Mi visión intentaba sin éxito acostumbrarse a la lobreguez que invadía la sala. La lluvia golpeaba los fracturados ventanales con fuerza acompañada por restos de vegetales. La agonía me imploraba que huyese de allí, que recorriese mis pasos devuelta a la civilización. Pero el coraje luchaba contra ella, en una batalla que tenía de antemano ganada. No iba a abandonar, los últimos resquicios de mi vida se encontraban en una parte de este desolado, vetusto y terrorífico hospital. Traspasé la estancia con determinación. Al final de ella se hallaba una puerta que me conduciría hacia el centro de la derruida construcción. El suelo crujía ante mi avance, formando una perfecta unión con la tormenta para crear una atmósfera cargada de terror. La puerta rechinó al abrirla, dejado a la vista un pasillo sumido en la más profunda oscuridad.  A los diversos lados se encontraban puertas idénticas salvo por el número que se hallaba pintado en cada una. Mi respiración se volvió lenta  mientras intentaba percibir algún sonido que me pudiese alarmar sobre posibles peligros que podrían acecharme en esta edificación. No distinguí ninguna anomalía en el lugar por lo continué con mi avance. La puerta se cerró tras de mí provocando un gran estruendo que resonó por todo el hospital. Pasé de largo numerosas puertas tras las que se escondían recuerdos dolorosos bajo una capa de suciedad. Cada vez me adentraba más en la oscuridad, privándome de lo poco que mi visión se había acostumbrado a ella. Mis pasos resonaban por aquel corredor quebrando el silencio originado a lo largo de los años. El rugir de la tormenta ya no se podía percibir, por lo que yo era la única que perturbaba la quietud del lugar. Los segundos transcurrían y yo seguía vagando por los oscuros y desgastados pasillos. Todavía no había encontrado lo que buscaba, lo que durante tanto tiempo había estado reconcomiéndome por dentro provocando mi insomnio. Ocasionado por esa noche que había estado presente en todas mis pesadillas.

 

***

La noche ya había caído sobre un pequeño pueblo del norte de Madrid y el silencio reinaba en la penumbra, pero fue destronado por un grito desgarrador que perturbó la tranquilidad de los habitantes. Su origen se encontraba en una joven de unos diez años. Se había despertado tras sufrir pesadillas que se acercaban más a la realidad que a la ficción. Sus padres desesperados por los gritos que emitía la joven, la llevaron al hospital que se hallaba a unos kilómetros en otro pueblo con mayor población que estaba a punto de ser reconocido como una ciudad. Eran las tres de la madrugada y el hospital parecía en calma, una calma que no perduró mucho pues rápidamente al llegar los padres con su hija gritando como si se estuviera muriendo la alarma se instauró en la clínica. Los doctores y enfermeros iban de un lado a otro intentando ayudar a la joven, que seguía chillando como una loca.  Los padres vieron con los ojos inundados en lágrimas como se llevaban a su hija a la sala de emergencias mientras que su gemela observaba todo anonadada y asustada. Los padres intentaron calmarla diciendo que se pondría bien, más la niña no era tonta y sabía a la perfección que lo que le estaba sucediendo no era frecuente. Pasaron horas en que la familia se encontraba en completa tensión, lo único que se oía eran los gritos agónicos de la joven. Se encontraban en la sala de espera, una estancia de color grisáceo alumbrada por una tenue luz que refulgía de unos focos situados en el techo. La niña apretaba con fuerza lo único que ahora le ataba a su hermana, una pulsera de hilos rojos que portaban siempre las dos pero cada una en una muñeca diferente. La chica sentía dolor por su hermanita pero no entendía lo que estaba ocurriendo. Podía sentir la angustia que se respiraba en el ambiente, cada gota de sudor que resbalaba de la frente de su padre, la respiración agitada de su madre. Todas esas reacciones no pasaron desapercibidas para la joven que movía con nerviosismo la pulsera como acto reflejo ante la situación. Tras horas que parecieron interminables para la familia, un médico llamó a los padres queriendo hablar con ellos en privado. La niña quería saber que era lo que la ocultaban, el porqué de que su hermana hubiese gritado como si la vida le fuese en ello. Así que cuando sus padres la dejaron sola ella emprendió el camino que habían tomado sus padres. Este la llevó a un pasillo con innumerables puertas de las que procedían quejidos que provocaron que se la pusiese la piel de gallina. La iluminación era mortecina, la mayoría de los reflectores se hallaban fundidos. Una gélida brisa ocasionó un pequeño escalofrío que la recorrió la espalda. Era el perfecto escenario de una película de terror. La joven se concentraba en el sonido de sus pisadas y en el ritmo acelerado de su corazón pretendiendo así poder expulsar esos gemidos que se iban clavando como flechas en su mente.  Anduvo con rapidez adentrándose cada vez más en el hospital. Paró en seco al ver una puerta entreabierta de la cual procedían unos sollozos que reconoció, eran los de su gemela. Gritos. Suplicas. El corazón aceleraba su ritmo a cada paso que daba, sus pupilas se dilataban por el esplendor que se escapaba de la habitación. Algo en su interior la ordenó parar, era su conciencia, pero ella desobedeció ateniéndose a las consecuencias que conllevaría asomarse a esa sala. Ya se encontraba frente a la puerta, los sollozos se oían claramente, la persona de la cual procedían debía de estar aterrorizada. Con lentitud acercó sus ojos al pequeño espacio que separaba la puerta de la pared. Sus pupilas se dilataron lo máximo posible por el miedo al observar la escena que se estaba llevando acabo en la habitación. Su hermana se hallaba atada por unas cuerdas a la cama, sus padres y el doctor hablaban en susurros por lo que no pudo escuchar su conversación. Las cuerdas le estaban haciendo rozadura en las muñecas y en los tobillos, las lágrimas caían de sus ojos sin parar, la habían puesto una soga en la boca para acallarla pero sus lamentos se podían escuchar claramente. Entonces vio avanzar al doctor con una jeringuilla en las manos, el cuerpo de la joven amordazada en la cama comenzó a temblar sin pudor. Los ojos de la chica portaban algo. Terror. La vio intentándose desprender de las cuerdas con desesperación. Eso fue suficiente.  La chica empujó la puerta  abriéndola de un golpe y corrió a defender a su gemela. Los padres de ella la miraron con horror, no esperaban que hiciera presencia. El doctor no se percató de que la joven acababa de entrar y siguió con su cometido, clavar la jeringuilla en el brazo de la chica. La gemela se interpuso entre ambos siendo ella la que recibió el pinchazo. Los padres gritaron y corrieron a abrazar a la joven que se convulsionaba en el suelo sin poder remediarlo. Lágrimas caían del rostro de los familiares al ver la escena, la niña de la camilla lloraba amargamente por lo que el contenido de esa inyección conllevaba. La muerte. Los padres abandonaron en un orfanato a su hija viva, su única cura habría sido la muerte pero tras el fallecimiento repentino de su otra hija no se veían con fuerzas para llevar a cabo esa acción. El olvido no hizo compañía a la chica que recordaría siempre lo que sucedió aquel día en el que sus padres estuvieron a punto de matarla y en el cual su otra mitad había muerto por salvarla. Sus padres eran buenos creyentes y al creer que su hija estaba poseída por el diablo quisieron matarla, una gran equivocación porque años después dieron con la verdadera causa de sus gritos. Era esquizofrénica.
 
 
 
 
 
 


                                                                       ***

Bueno hasta aquí os dejo que no quiero que se os haga muy pesado ^^ Espero que os haya gustado.  ¡el próximo miércoles colgaré la continuación! Bss ^^ Por cierto la historia de canfranc está sufriendo muchos cambios por lo que a lo mejor modifico los primeros capítulos y en cuanto lo haga ¡empezaré otra vez a subir capítulos! Gracias por leer

2 comentarios:

May R Ayamonte dijo...

A mi me encanto y espero impaciente la continuacion^^
Un besazoMay R Ayamonte

Picassa dijo...

Muchas gracias p leer y comentar May ^^
Me alegra muchisimo q te haya gustado ^^ Ya sabes el miércoles pongo su continuación¡¡¡
Bss