Los latidos de mi corazón retumbaban con vigor en mi
interior. Un sudor frío me recorría el cuerpo. Notaba mis músculos en tensión.
Mi visión intentaba sin éxito acostumbrarse a la lobreguez que invadía la sala.
La lluvia golpeaba los fracturados ventanales con fuerza acompañada por restos
de vegetales. La agonía me imploraba que huyese de allí, que recorriese mis
pasos devuelta a la civilización. Pero el coraje luchaba contra ella, en una
batalla que tenía de antemano ganada. No iba a abandonar, los últimos
resquicios de mi vida se encontraban en una parte de este desolado, vetusto y
terrorífico hospital. Traspasé la estancia con determinación. Al final de ella
se hallaba una puerta que me conduciría hacia el centro de la derruida
construcción. El suelo crujía ante mi avance, formando una perfecta unión con
la tormenta para crear una atmósfera cargada de terror. La puerta rechinó al
abrirla, dejado a la vista un pasillo sumido en la más profunda oscuridad. A los diversos lados se encontraban puertas
idénticas salvo por el número que se hallaba pintado en cada una. Mi
respiración se volvió lenta mientras
intentaba percibir algún sonido que me pudiese alarmar sobre posibles peligros
que podrían acecharme en esta edificación. No distinguí ninguna anomalía en el
lugar por lo continué con mi avance. La puerta se cerró tras de mí provocando
un gran estruendo que resonó por todo el hospital. Pasé de largo numerosas
puertas tras las que se escondían recuerdos dolorosos bajo una capa de
suciedad. Cada vez me adentraba más en la oscuridad, privándome de lo poco que
mi visión se había acostumbrado a ella. Mis pasos resonaban por aquel corredor
quebrando el silencio originado a lo largo de los años. El rugir de la tormenta
ya no se podía percibir, por lo que yo era la única que perturbaba la quietud
del lugar. Los segundos transcurrían y yo seguía vagando por los oscuros y
desgastados pasillos. Todavía no había encontrado lo que buscaba, lo que
durante tanto tiempo había estado reconcomiéndome por dentro provocando mi insomnio.
Ocasionado por esa noche que había estado presente en todas mis pesadillas.
***
La noche ya había caído sobre un pequeño pueblo del
norte de Madrid y el silencio reinaba en la penumbra, pero fue destronado por
un grito desgarrador que perturbó la tranquilidad de los habitantes. Su origen
se encontraba en una joven de unos diez años. Se había despertado tras sufrir
pesadillas que se acercaban más a la realidad que a la ficción. Sus padres
desesperados por los gritos que emitía la joven, la llevaron al hospital que se
hallaba a unos kilómetros en otro pueblo con mayor población que estaba a punto
de ser reconocido como una ciudad. Eran las tres de la madrugada y el hospital
parecía en calma, una calma que no perduró mucho pues rápidamente al llegar los
padres con su hija gritando como si se estuviera muriendo la alarma se instauró
en la clínica. Los doctores y enfermeros iban de un lado a otro intentando
ayudar a la joven, que seguía chillando como una loca. Los padres vieron con los ojos inundados en lágrimas
como se llevaban a su hija a la sala de emergencias mientras que su gemela
observaba todo anonadada y asustada. Los padres intentaron calmarla diciendo
que se pondría bien, más la niña no era tonta y sabía a la perfección que lo
que le estaba sucediendo no era frecuente. Pasaron horas en que la familia se
encontraba en completa tensión, lo único que se oía eran los gritos agónicos de
la joven. Se encontraban en la sala de espera, una estancia de color grisáceo
alumbrada por una tenue luz que refulgía de unos focos situados en el techo. La
niña apretaba con fuerza lo único que ahora le ataba a su hermana, una pulsera
de hilos rojos que portaban siempre las dos pero cada una en una muñeca
diferente. La chica sentía dolor por su hermanita pero no entendía lo que
estaba ocurriendo. Podía sentir la angustia que se respiraba en el ambiente,
cada gota de sudor que resbalaba de la frente de su padre, la respiración
agitada de su madre. Todas esas reacciones no pasaron desapercibidas para la
joven que movía con nerviosismo la pulsera como acto reflejo ante la situación.
Tras horas que parecieron interminables para la familia, un médico llamó a los
padres queriendo hablar con ellos en privado. La niña quería saber que era lo
que la ocultaban, el porqué de que su hermana hubiese gritado como si la vida
le fuese en ello. Así que cuando sus padres la dejaron sola ella emprendió el
camino que habían tomado sus padres. Este la llevó a un pasillo con
innumerables puertas de las que procedían quejidos que provocaron que se la
pusiese la piel de gallina. La iluminación era mortecina, la mayoría de los
reflectores se hallaban fundidos. Una gélida brisa ocasionó un pequeño
escalofrío que la recorrió la espalda. Era el perfecto escenario de una
película de terror. La joven se concentraba en el sonido de sus pisadas y en el
ritmo acelerado de su corazón pretendiendo así poder expulsar esos gemidos que
se iban clavando como flechas en su mente.
Anduvo con rapidez adentrándose cada vez más en el hospital. Paró en
seco al ver una puerta entreabierta de la cual procedían unos sollozos que
reconoció, eran los de su gemela. Gritos. Suplicas. El corazón aceleraba su
ritmo a cada paso que daba, sus pupilas se dilataban por el esplendor que se
escapaba de la habitación. Algo en su interior la ordenó parar, era su
conciencia, pero ella desobedeció ateniéndose a las consecuencias que
conllevaría asomarse a esa sala. Ya se encontraba frente a la puerta, los
sollozos se oían claramente, la persona de la cual procedían debía de estar
aterrorizada. Con lentitud acercó sus ojos al pequeño espacio que separaba la
puerta de la pared. Sus pupilas se dilataron lo máximo posible por el miedo al
observar la escena que se estaba llevando acabo en la habitación. Su hermana se
hallaba atada por unas cuerdas a la cama, sus padres y el doctor hablaban en
susurros por lo que no pudo escuchar su conversación. Las cuerdas le estaban
haciendo rozadura en las muñecas y en los tobillos, las lágrimas caían de sus
ojos sin parar, la habían puesto una soga en la boca para acallarla pero sus
lamentos se podían escuchar claramente. Entonces vio avanzar al doctor con una
jeringuilla en las manos, el cuerpo de la joven amordazada en la cama comenzó a
temblar sin pudor. Los ojos de la chica portaban algo. Terror. La vio
intentándose desprender de las cuerdas con desesperación. Eso fue
suficiente. La chica empujó la
puerta abriéndola de un golpe y corrió a
defender a su gemela. Los padres de ella la miraron con horror, no esperaban
que hiciera presencia. El doctor no se percató de que la joven acababa de
entrar y siguió con su cometido, clavar la jeringuilla en el brazo de la chica.
La gemela se interpuso entre ambos siendo ella la que recibió el pinchazo. Los
padres gritaron y corrieron a abrazar a la joven que se convulsionaba en el
suelo sin poder remediarlo. Lágrimas caían del rostro de los familiares al ver
la escena, la niña de la camilla lloraba amargamente por lo que el contenido de
esa inyección conllevaba. La muerte. Los padres abandonaron en un orfanato a su
hija viva, su única cura habría sido la muerte pero tras el fallecimiento
repentino de su otra hija no se veían con fuerzas para llevar a cabo esa
acción. El olvido no hizo compañía a la chica que recordaría siempre lo que
sucedió aquel día en el que sus padres estuvieron a punto de matarla y en el
cual su otra mitad había muerto por salvarla. Sus padres eran buenos creyentes
y al creer que su hija estaba poseída por el diablo quisieron matarla, una gran
equivocación porque años después dieron con la verdadera causa de sus gritos.
Era esquizofrénica.
***
Bueno hasta aquí os dejo que no quiero que se os haga muy pesado ^^ Espero que os haya gustado. ¡el próximo miércoles colgaré la continuación! Bss ^^ Por cierto la historia de canfranc está sufriendo muchos cambios por lo que a lo mejor modifico los primeros capítulos y en cuanto lo haga ¡empezaré otra vez a subir capítulos! Gracias por leer
2 comentarios:
A mi me encanto y espero impaciente la continuacion^^
Un besazoMay R Ayamonte
Muchas gracias p leer y comentar May ^^
Me alegra muchisimo q te haya gustado ^^ Ya sabes el miércoles pongo su continuación¡¡¡
Bss
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